Esta práctica de relajación es una excelente manera de incorporar el mindfulness en tu rutina laboral y mejorar tu bienestar general. Puedes repetirla varias veces a lo largo del día, especialmente en momentos de estrés.
Encuentra un Lugar Tranquilo: Busca un lugar tranquilo en tu lugar de trabajo donde puedas sentarte o permanecer de pie sin ser interrumpido.
Postura cómoda: Siéntate en una silla con los pies en el suelo o de pie con los pies ligeramente separados. Mantén la columna recta pero relajada. Coloca las manos en tu regazo o a los lados de tu cuerpo.
Respiración Consciente: Cierra los ojos suavemente y comienza a prestar atención a tu respiración. No intentes cambiarla, simplemente obsérvala. Siente el flujo del aire entrando y saliendo de tus fosas nasales.
Explora Sensaciones: Con cada inhalación, nota cómo el aire entra en tus pulmones. Con cada exhalación, observa cómo el aire sale. Observa cualquier sensación en tu cuerpo relacionada con la respiración.

Atención Plena a las Sensaciones: Lleva tu atención a cualquier sensación de tensión o estrés que puedas sentir en tu cuerpo. No trates de cambiarlo, solo obsérvalo y acéptalo.
Relajación Progresiva: A medida que continúas respirando, visualiza cómo la tensión se disuelve con cada exhalación. Imagina que tu cuerpo se vuelve más ligero y relajado con cada respiración.
Escaneo Corporal: Haz un escaneo mental de tu cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Observa cualquier área que pueda estar tensa y permite que se relaje. Si es necesario, realiza movimientos suaves para aliviar la tensión.
Agradecimiento: Mientras continúas respirando conscientemente, piensa en algo por lo que te sientas agradecido en tu trabajo. Puede ser una pequeña victoria, la compañía de un colega o cualquier aspecto positivo de tu entorno laboral.
Regreso a la Conciencia Plena: Cuando estés listo, abre lentamente los ojos y regresa a tu entorno laboral. Lleva contigo la sensación de calma y relajación que has cultivado durante esta práctica.
Continúa con Atención Plena: Intenta llevar esta sensación de atención plena y relajación a tu trabajo diario. Tómate breves momentos durante el día para respirar conscientemente y reducir el estrés.