Sabemos que la vida puede ser un torbellino, especialmente cuando nos enfrentamos a nuevas responsabilidades, cambios en la rutina y, a veces, personas o situaciones que nos sacan de quicio. Pero hoy, vamos a explorar una técnica simple pero poderosa para encontrar calma y comprensión incluso en medio del caos.
Para comenzar, siéntate con una postura alerta pero relajada. Imagina que estás arraigado al suelo, con tu espalda recta, pies firmemente plantados y manos descansando suavemente en tus piernas.
Cierra los ojos y permite que tu atención se centre en tu respiración. Inhala profundamente, sintiendo cómo el aire llena tus pulmones, y exhala suavemente, liberando cualquier tensión que puedas sentir.
Después de tres respiraciones profundas, lleva tu atención a tus pies. Siente la conexión con el suelo, percibiendo la temperatura, la presión de tus zapatos y cualquier otra sensación que surja.
Ahora, piensa en esa persona o institución que te saca de quicio, que te irrita. Es normal sentir ese malestar, pero hoy vamos a desafiar esos sentimientos al buscar algo positivo en ellos.
¿Qué aspecto de esta persona o institución puedes apreciar? ¿Quizás hay algo que nunca te enseñaron directamente pero que aprendiste de ellos? ¿O tal vez ofrecieron algo inesperado que te benefició de alguna manera?
Toma un momento para reflexionar sobre este aspecto positivo y agradécelo sinceramente. Reconocer las cualidades positivas, incluso en aquellos que nos desafían, puede ser transformador.
Para finalizar, realiza una respiración profunda más y abre los ojos lentamente, llevando contigo esa sensación de calma y comprensión. Si lo deseas, date un masaje suave en la espalda o en el rostro, o coloca una mano sobre tu corazón como un gesto de autoaceptación y cuidado.
Recuerda que esta práctica está aquí para ti siempre que la necesites, ofreciéndote un refugio de serenidad en medio del ajetreo de la vida cotidiana. ¡Que tengas un día lleno de paz y armonía!
Gracias por estar aquí
Con cariño
Raquel
