Nuestros pensamientos siempre son peores que la realidad

Nuestros pensamientos siempre son peores que la realidad
Hoy quiero compartir algo que me pasó ayer pero que me pasa muy a menudo , y estoy segura de que más de uno se sentirá identificado.

¡Hola hola!

Primero HOY ES MI CUMPLE!!!! Me encanta cumplir y eso que ya no son pocos!! 🥳🎉🎈🎂🍰🎊🎁

Pero vamos a lo nuestro!!

Hoy quiero compartir algo que me pasó ayer pero que me pasa muy a menudo , y estoy segura de que más de uno se sentirá identificado.

Como algunos saben, formo parte de un grupo voluntario aquí en Campinas, más información en mi Insta 😉, porque ya lo explique en algún otro email o en algunos otros. Recientemente, viví una experiencia que me lleva a reflexionar sobre cómo funcionamos en situaciones adversas, tanto individualmente como en la forma en que nos relacionamos con los demás.

Imaginad esto: una mañana desagradable, el viento y la lluvia se unen en una sinfonía poco alentadora. Al despertar, mis pensamientos empezaron a especular que bueno si la carrera fuese cancelada por el mal clima. ¡Incluso llegué a pensar que, de no cancelarse, sería mejor correr solo 5k dadas las condiciones! Pero…

Nuestros pensamientos siempre son peores que la realidad. Cuando nos pusimos a correr, ¡no llovió y la mañana resultó perfecta para correr!

Con cada kilómetro, mis pensamientos se desvanecieron y la preocupación inicial se convirtió en alegría. Los 10k transcurrieron de manera maravillosa, llena de diversión y alegría, a pesar de las condiciones desafiantes.

Esto me llevó a reflexionar: a menudo, cuando estamos con alguien que atraviesa momentos difíciles, tendemos a hablar mucho o a dar consejos, casi como si intentáramos evitar el sufrimiento tanto de ellos como de nosotros mismos.

Recientemente, descubrí algo fascinante sobre esto en un curso de Mindfulness y Compasión. Parece que, en nuestro intento de reconfortar, a veces buscamos evitar nuestro propio sufrimiento al ver a otros en dificultades. 

¿No es curioso? Queremos aliviar el dolor ajeno para protegernos, pero ¿realmente necesitamos decir algo?

A veces, un abrazo o simplemente escuchar puede ser más reconfortante que cualquier consejo que podamos ofrecer.

¿Qué pensáis? Me encantaría escuchar vuestras opiniones sobre este tema tan interesante.

Gracias por estar aquí 🤗

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