Caminando el otro día, intenté percibir lo que estaba a mi alrededor. Noté que en algunos árboles había pequeñas ramitas unidas entre sí, que parecían nidos inacabados. Mi desconocimiento sobre los nidos me hizo pensar en aquellos nidos perfectos que vemos en las películas de Disney, y estos estaban lejos de ser así. Seguí observando hasta que, para mi sorpresa, vi una pequeña paloma empollando un huevo. Esto me hizo reflexionar sobre lo distraídos que estamos en nuestros pensamientos, problemas, celulares o cualquier otra cosa, y cuánto dejamos de observar.
Vi a una paloma empollando su huevo, pero, ¿cuántas cosas nos perdemos por no prestar atención? Al reflexionar sobre esto y conversarlo, me vino a la mente que hoy en día hablamos mucho de foco, de estar centrados, de enfocarnos. Sin embargo, no siempre tenemos que estar concentrados en una sola cosa; a veces, nuestro foco debe ampliarse para ver mucho más.
Voy a poner un ejemplo:
Eres líder de un equipo. Tienes un grupo de personas a tu cargo y vas directamente a tu despacho, a tu mesa, porque tu objetivo en ese momento es terminar un informe muy importante que debes entregar urgentemente a los directivos de la empresa. Estás tan concentrado en esto que no notas que “Juan” está sin afeitar y con mala cara, algo inusual en él. Tampoco ves que María lleva una semana con un semblante más serio, cuando ella siempre sonríe, o peor aún, que falta alguien en tu equipo y ni te has dado cuenta.
Quizás los directores estarán felices con tu informe, pero, ¿está bien tu equipo? Tal vez, si amplías un poco tu foco, podrías percibir más y hablar con Juan o con María. Es posible que no puedas solucionar sus problemas, pero con una simple escucha atenta ya podrías mejorar su estado de ánimo y, quizá, hasta ayudarles. Esto podría mejorar el clima laboral en el equipo.
Muchas veces, los problemas no tienen nada que ver con el trabajo, sino con la vida personal de cada uno. Estar atentos a las personas que nos rodean crea un clima de confianza y compromiso. Otras veces, los problemas pueden ser laborales y aquí podemos mejorar o anticiparnos a problemas mayores.
Ampliar nuestro enfoque nos permite ver más allá de lo inmediato y crear un ambiente más saludable y productivo en el equipo.
Consejos para líderes:
- Practica la observación activa: Dedica tiempo a observar a tu equipo y a notar cambios en su comportamiento o estado de ánimo.
- Fomenta la comunicación abierta: Anima a tu equipo a hablar sobre sus preocupaciones y crea un entorno donde se sientan escuchados y seguros.
- Equilibrio entre enfoque y visión global: Aprende a alternar entre el enfoque en tareas específicas y la visión global de las necesidades de tu equipo.
Al hacer esto, no solo mejorarás la productividad y el bienestar de tu equipo, sino que también fortalecerás la cohesión y la confianza dentro del grupo. Una perspectiva más amplia y atenta es clave para un liderazgo efectivo y sostenible.