La Adolescencia: Ese Momento de Equivocarse y Crecer

La unión de adolescentes y adultos todos vibrando por el mismo fin.

¿Te has preguntado alguna vez si, al hacernos mayores, olvidamos nuestra época de adolescentes? A menudo, como adultos, nos volvemos intolerantes con los adolescentes. Queremos protegerlos, evitar que sufran, pero… ¿es eso siempre lo mejor?

La adolescencia debería ser ese espacio para equivocarse, para probar límites, para hacer pequeñas locuras. No hablo de comportamientos agresivos o dañinos, sino de esa chispa de libertad que les permite descubrir quiénes son.

Una Reflexión Personal

Recuerdo mi adolescencia como una etapa rebelde y valiente, aunque llena de retos personales. En aquel entonces, el miedo no era parte de mis decisiones. Sin embargo, cuando miro a muchos adolescentes hoy, noto algo diferente: parecen tristes, ansiosos, con miedo a equivocarse. ¿Qué pasó con esa rebeldía que tanto inspira y que, a veces, incluso mueve el mundo?

La Historia Se Repite

Desde Sócrates hasta nuestros días, los adultos siempre han criticado a los jóvenes. Decimos que son irrespetuosos, distraídos, impulsivos. Pero, ¿no es ese su papel? Cada generación ha enfrentado lo mismo: mi madre criticaba la música que yo escuchaba, y su madre hizo lo propio con los Beatles, ¡los Beatles!, quien lo diría. Ironías del tiempo.

Lo cierto es que, aunque nos duela admitirlo, muchas veces nuestras críticas provienen de nuestros propios miedos. ¿Qué pasa si dejamos de reaccionar y observamos con atención? ¿Estamos deteniendo su crecimiento por nuestro miedo a que se equivoquen? o ¿ porque no queremos que cometan los mismos errores que nosotros?, pero ¿no es así como se avanza? ¿no es asi como se aprende?

El Amor También es Disciplina

La psicoanalista Karen Horney decía que los adultos saludables vienen de infancias llenas de amor, y esto incluye límites. Pero límites que no controlen, sino que orienten. Amor también es dejar que tomen decisiones, incluso si esas decisiones traen errores.

La adolescencia es breve. Debería ser una etapa para explorar, divertirse y tener menos presión. Sin embargo, hoy vemos adolescentes cargando con ansiedad y estrés.

¿Qué Pueden Hacer los Padres?

Como padres, nuestra tarea no es evitar sus errores, sino darles herramientas para aprender de ellos. Aquí algunas ideas:

  • Escucha activa: Pregunta cómo se sienten y escucha sin juzgar.
  • Modela el autoconocimiento: Trabaja en tu propia gestión emocional; ellos aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos.
  • Confía en su capacidad: Acompáñalos, pero déjalos decidir. La confianza les da seguridad.
  • Fomenta momentos de conexión: Tiempo de calidad juntos, sin pantallas, puede ayudar a fortalecer la relación.

Una Adolescencia con Propósito

Recordemos que nuestra relación con ellos influirá en cómo enfrentarán la vida adulta. Más que evitarles tropiezos, debemos enseñarles a levantarse cuando caigan. Porque, al final, lo que más necesitan no es que seamos perfectos, sino que estemos presentes.

La adolescencia, como la vida misma, es un momento de crecimiento. Con una mirada mindful y amorosa, podemos ser sus mejores guías en esta etapa tan única como fugaz.

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