Flexibilidad: libertad en movimiento (y en pensamiento)

"Praia Grande" Sp, un domingo de aprendizaje.

¿Nunca te ha pasado que, de repente, hablas sobre algo y parece que todo el mundo está hablando de lo mismo? Eso es justo lo que me ha pasado esta semana. El domingo grabé un video sobre la flexibilidad… pero no la del cuerpo, sino la flexibilidad en el comportamiento, en la forma de pensar. Y, curiosamente, desde entonces, parece que todo lo que leo y escucho gira en torno a este tema.

Carol S. Dweck, doctora en psicología y autora del libro Mindset, habla sobre dos tipos de mentalidad: la rígida y la flexible. Y, aunque no pretendo compararme con la doctora, quiero contarte desde mi experiencia y conocimientos qué significa para mí la flexibilidad cognitiva.

Voy a empezar por algo simple: el ejemplo que conté en el video.
El domingo pasado estaba en la playa y decidí salir a correr. Hasta ahí todo normal. Como estaba en la arena, se me ocurrió correr descalza. Salí sin zapatillas, empecé a correr… y al poco tiempo me di cuenta de que la arena estaba durísima. Me dolían las piernas, las caderas y me ardían las plantas de los pies.

¿Qué hice? Paré. Observé mi cuerpo, lo escuché. Y con compasión, empecé a caminar.

Puede parecer una tontería, pero para mí no lo es. Durante mucho tiempo, mi relación con el ejercicio fue muy rígida. Siempre lo puse al servicio de adelgazar. Pero ese día, hice ejercicio pensando en el bienestar de mi cuerpo. No para estar delgada o cumplir un ideal, sino para sentirme sana.

Quizás no sea un gran evento, pero… ¿quién dijo que los cambios importantes tienen que empezar por algo grande?
A veces basta con detenernos y preguntarnos:
¿Qué necesito en este momento? ¿Qué me hará bien?

Eso es lo que el mindfulness me ha enseñado: a parar y observar, a salir del piloto automático y mirar desde otras perspectivas. Solo cuando paramos, podemos realmente ver.

Para mí, ser flexible es sinónimo de libertad.
Sí, me cuido, pero no soy rehén de ese cuidado.
Sí, hago deporte, pero si un día no lo hago, no pasa nada.
Sí, como saludable, pero si quiero un dulce, lo como.
Sí, tengo ideas políticas, pero puedo escuchar a quienes piensan diferente.
Sí, soy del Barça, pero entiendo que el Madrid es un buen equipo (aunque no siempre 😉).

La flexibilidad de pensamiento es clave para cualquier cambio.
¿Cuántas veces nos hemos dicho: “no puedo”, “no sé”, “no soy buena en esto”?
A veces ni siquiera lo hemos intentado. Simplemente alguien, en algún momento, nos dijo que no podíamos… y nos lo creímos.

Muchos de nuestros comportamientos nacen de pensamientos automáticos y creencias viejas. Pero con un poco de coraje para dar el primer paso, quizás podamos ser más felices y menos esclavos de nuestras ideas fijas.

💬 ¿Te gustaría trabajar estos temas conmigo?

Si esta reflexión te ha resonado y sientes que es momento de hacer cambios en tu forma de pensar, cuidarte o relacionarte contigo misma, me encantará acompañarte.

Soy terapeuta formada en mindfulness con base en neurociencia, psicología positiva y psicoanalítica. Integro estas perspectivas para ayudarte a vivir con más libertad, flexibilidad y bienestar.

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